sábado, 14 de enero de 2017

miércoles, 24 de junio de 2015

ANIVERSARIO DEL NATALICIO DEL BRIGADIER GENERAL DON JUAN ANTONIO LAVALLEJA



Hoy, día de San Juan Bautista se celebra un nuevo aniversario del natalicio del Brigadier General don Juan Antonio Lavalleja, uno de los más destacados Tenientes del General Artigas.

Juan Antonio Lavalleja y de la Torre (Santa Lucía, Minas, 24 de junio de 1784 – Montevideo, 22 de octubre de 1853), militar y político uruguayo. Jefe de los Treinta y Tres Orientales y Presidente de Uruguay en el Triunvirato de Gobierno de 1853.

Hijo de Manuel Pérez de La Valleja, español, de Huesca, estanciero acomodado, y de Ramona Justina de la Torre, española también.

Primeras luchas por la independencia
El alzamiento de su país respondiendo al alzamiento ocurrido el 25 de mayo de 1810 en Buenos Aires, tuvo en Lavalleja un decidido y entusiasta soldado desde su inicio, que peleó en la Batalla de Las Piedras en 1811, siendo promovido a capitán en 1814.

A las órdenes de Rivera y acompañando a Artigas en la lucha entablada contra los unitarios, se batió con Manuel Dorrego en los campos de Guayabos, el 10 de enero de 1815, siendo este último derrotado.

Actuación durante las invasiones portuguesas.
En 1816 se produjo la invasión por parte del Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve, bien vista por los enemigos de Artigas, y Lavalleja supo desempeñarse con buen éxito contra los extranjeros en la región minuana, cuyos parajes bien conocía.

En 1817 se sostuvo vigorosamente junto a Rivera en el Paso de Cuello, contra muy superior número de soldados del general portugués Carlos Federico Lecor. Ese mismo año contrajo matrimonio con Ana Monterroso. El 3 de abril del año 1818 una fuerza portuguesa lo hizo prisionero en el arroyo Valentín (Salto). Remitido a Montevideo, fue trasbordado a Río de Janeiro, donde quedó confinado en un pontón, posteriormente fue transferido a la isla Das Cobras junto con Fernando Otorgués, Manuel Francisco Artigas y Leonardo Olivera.

En 1821 se autorizó su vuelta a Montevideo e inmediatamente tomó servicio en el Regimiento de Dragones de la Unión, cuyo jefe era el coronel Rivera.

Cuando se proclamó la independencia de lo que hoy es Brasil para constituirse en Imperio de Brasil, Rivera y Lavalleja estuvieron junto con Lecor a favor, firmando el acta de aclamación y reconocimiento del emperador Pedro I de Brasil, el 17 de octubre de 1822.

En 1823, se unió al movimiento revolucionario iniciado por la logia masónica "Caballeros Orientales" y el Cabildo de Montevideo para obtener la independencia de Brasil pero, fracasado ese intento, partió al exilio en Buenos Aires. Allí preparó y dirigió la llamada Cruzada Libertadora de los Treinta y tres Orientales, que buscaba liberar a Uruguay de la dominación brasileña.

Apenas iniciada esta nueva etapa en la lucha por la liberación nacional exhibió un afán institucionalista, promoviendo la creación de un órgano legislativo para decidir el destino del país, a través de una fecunda y prolífera elaboración de normas sobre los temas prioritarios para la época.

Al pasar a Buenos Aires en 1824, las autoridades imperiales lo declararon desertor confiscándole los bienes.

Desembarco de los Treinta y Tres Orientales.
Sus antecedentes significaban mucho para la emigración oriental repartida en todas las Provincias Unidas del Río de la Plata, y los planes de revolucionar la Provincia Cisplatina que lentamente se venían tejiendo, cobraron visos de realidad. Y en combinación con los jefes que tenían algún mando en la Banda Oriental que se hallaban dispuestos a secundar una tentativa de revuelta, seguramente apalabrando antes que nadie al coronel Fructuoso Rivera, al servicio del gobernador Lecor, se logró reunir tras muchos esfuerzos, el dinero necesario para el equipo de la pequeña expedición que desembarcando en la costa oriental, debía provocar el levantamiento de la provincia contra sus ocupantes.

Lavalleja fue el elegido para jefe de la peligrosa empresa, recomendado por su temerario valor y su probada audacia. La épica hazaña se realizó el 19 de abril de 1825, tomando tierra en la orilla del Río Uruguay, playa de la Agraciada, con unas pocas armas y al frente de un grupo indeterminado de compañeros orientales y de otras provincias, que la tradición denomina treinta y tres orientales, en su mayoría jefes y oficiales.

Se emprendieron operaciones ofensivas, logrando el 24 entrar en Santo Domingo de Soriano y seguir luego en busca del coronel Rivera, al cual se le encontró en el paraje llamado Monzón el día 29. Tras corta entrevista de los antiguos compañeros y amigos, Rivera quedó incorporado a las fuerzas patriotas con los soldados a sus órdenes.

Existe controversia en la historia sobre si Rivera fue sorprendido y hecho prisionero por Lavalleja en Monzón, como lo dice éste en carta a su esposa fechada en San José el 2 de mayo, y en tales circunstancias Rivera optó por plegarse a las huestes invasoras, o si aquello vino a ser la consecuencia de un arreglo previamente combinado, como parece más natural, pero Rivera necesitaba cuando menos salvar las apariencias.

La adhesión de Rivera, individuo con gran prestigio y vinculación en la campaña, equivalió sin duda alguna a una primera batalla ganada. Prosiguiendo las operaciones, las villas de San José y Canelones cayeron en poder de los patriotas, y el 14 de junio era establecido en Florida un Gobierno Provisorio bajo la presidencia de Manuel Calleros y allí, el 25 de agosto de 1825, la Sala de Representantes proclamó la independencia de la provincia y de inmediato declaró su unión a las demás del Río de la Plata.

Rivera batió a sus adversarios en Rincón de Haedo el 24 de septiembre y el 12 de octubre Lavalleja obtuvo su triunfo en Sarandí.

Actuaciones posteriores.
El gobierno de Buenos Aires, accionado por la creciente presión de la opinión pública, aceptó a la Provincia Oriental como unida a las otras, lo que significaba la guerra con el Imperio del Brasil iniciándose las hostilidades en enero de 1826. Pero ya habían surgido las primeras disensiones entre Lavalleja y Rivera que, si bien se acallaron casi enseguida, quedaron en punto que volverían a estallar.

Lavalleja fue incorporado al Ejército Republicano precisamente para alejarlo del campo de la política y marchó a la campaña de Río Grande do Sul, tocándole hallarse en la jornada victoriosa de Ituzaingó el 20 de febrero de 1827. Siguieron sus desafectos con el general en jefe Carlos de Alvear, lo que produjo la inacción del Ejército Republicano, mientras los imperiales se preparaban activamente para reabrir las hostilidades. Hubo necesidad de retirarse y Alvear se estableció en Cerro Largo y Lavalleja en el Durazno, hasta que a la separación de Alvear, en julio de 1827, Lavalleja fue investido con el mando superior del Ejército.

Envuelto en disidencias y ambiciones de la época, deseoso de mando y sin la diplomacia que es atributo esencial de los hombres de gobierno, el general Lavalleja se involucró pronto en una serie de violencias de orden político - administrativo, culminando con la ejecución de su orden del 12 de octubre de 1827 en la que se disolvió la Junta de Gobierno que presidía Joaquín Suárez.

La Convención Preliminar de Paz que se convino en 1828 entre el Imperio de Brasil y las Provincias Unidas, hizo a Lavalleja deponer su dictadura y el general José Rondeau se hizo cargo del Gobierno Provisorio de la recién creada República Oriental el 1º de diciembre.

Rebelado contra el orden institucional en julio de 1832, fue derrotado y obligado a refugiarse en el Brasil. En 1834 reincide en su actitud, invadiendo la República Oriental con el auxilio de Juan Manuel de Rosas, para finalizar de igual manera que antes.

En la presidencia de Manuel Oribe, 1835-36 estando emigrado en la Confederación Argentina, Rosas lo apoyó contra Oribe. Sin embargo, cuando el general Rivera se rebeló contra el gobierno, a mediados del año 1836, vino a ofrecer su espada a Oribe, desembarcando en Colonia el 1 de agosto de 1836 al frente de un centenar de hombres.

Le fue restablecido su grado del ejército nacional, y compartió con el general Ignacio Oribe la victoria en la Batalla de Carpintería, el 19 de septiembre de 1836, pero también le cupo la responsabilidad de la derrota de Palmar, el 15 de junio de 1838.

A la renuncia de Oribe en octubre de 1838, Lavalleja, previa entrega a los riveristas de la plaza de Paysandú, cruza a Buenos Aires para ponerse a servicio directo de Rosas, acompaño al general Pascual Echagüe, en la invasión de 1839 y el 29 de diciembre sufren una estrepitosa derrota en la batalla de Cagancha. Regresan y en 1840 fueron vencidos en Don Cristóbal.

El largo período de la Guerra Grande transcurrió oscuramente para él, residente desde 1845 en el campo del Cerrito, donde tenía su gobierno Oribe, pasó desapercibido y, según palabras de Antonio F. Díaz, sufrió verdaderas privaciones materiales.

Después de la paz del 8 de octubre de 1851, fue dado de alta en el ejército como Brigadier General, confiándosele la Comandancia Militar de los departamentos de Cerro Largo, Minas y Maldonado.

Se le incluye junto a Rivera y a Venancio Flores en el Triunvirato de Gobierno que el 25 de septiembre de 1853 sustituyó al gobierno constitucional de Juan Francisco Giró, pero antes de cumplir un mes en sus funciones, falleció repentinamente mientras despachaba en el fuerte de Gobierno.


Conclusiones.
Juan Antonio Lavalleja fue capitán de Artigas, jefe de los Treinta y Tres y General de Sarandí, ha inscripto su nombre en la Lista de los Grandes del Uruguay, consagrándolo como uno de sus próceres.


Minas, la ciudad de su cuna, le erigió en la plaza principal, el 12 de octubre de 1902, la primer estatua ecuestre levantada en la República Oriental y por ley del 26 de diciembre de 1927, el departamento de Minas tomó la denominación de Lavalleja.

domingo, 6 de julio de 2014

ENTREVISTA A FABRICIO PRADO INVESTIGADOR BRASILEÑO EN COLONIA DEL SACRAMENTO


BREVE HISTORIA DE COLONIA DEL SACRAMENTO.

Colonia del Santísimo Sacramento

Patrimonio Histórico de la Humanidad UNESCO

Diciembre 1995

Breve Reseña histórica

Es la Antigua Colonia del Sacramento; su historia y tradiciones, que nos revelan testimonios de su legendario pasado con luchas, intrigas, odios y amores vividos en los 334 años transcurridos a la fecha.
Llamada " Manzana de la Discordia", “La Ciudad de la Pluma y de la Espada” o para muchos, “Madre de Ciudades”, fue motivo de sangrientas luchas entre las Coronas de Portugal y España, en los siglos XVII y XVIII, junto a Inglaterra, Francia y Holanda, lo que para otros la convierte en “el Gibraltar del Plata”.
Hoy, conserva una aureola romántica que le confiere un encanto único.

Mucho antes de su fundación, Américo Vespuccio, Juan de Lisboa, Juan Díaz de Solís, Pero López, Sebastián Gaboto, Pedro de Mendoza, Sir Francis Drake, Cavendish, Edward Fenton, entre otros, pisaron sus costas. Luego de fundada, se internacionalizó el Río de la Plata, dando inicio a la disputa por la dominación del territorio, entre los dos mayores imperios de la época, con la intervención de sus respectivos aliados.

Gobernadores y Virreyes de B. Aires, de la importancia de Cevallos, Sobremonte, Liniers o Baltasar Hidalgo de Cisneros, pasaron por ella. Científicos como Humbolt, Bomplant y Darwin recorrieron sus campos. Expedicionarios de la talla de Bouganville y Malaspina la registraron en imágenes. Vivieron largos años, personajes como Arthur Phillips, Fundador y Gobernador de la Nueva Gales del Sur, hoy Sydney, Australia.

Héroes y Presidentes uruguayos participaron de su diario vivir, como José Gervasio Artigas, Rivera y Juan Antonio Lavalleja, jefe de los “33 Orientales”. También Héroes y Presidentes argentinos como Bernardino Rivadavia, Bartolomé Mitre y el Almirante Guillermo Brown. Perteneció al Imperio Portugués, español y brasileño. Fue parte de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Perteneció a la Provincia Cisplatina Luso Brasileña. La ocuparon legiones inglesas y francesas, al igual que italianas bajo el mando de Giusseppe Garibaldi. En 1888 por pocos días la ocuparon marines norteamericanos. Sus costas guardan algunos de los naufragios más famosos de la historia.

Comencemos por el principio.

La Colonia Do Sacramento fue fundada entre el 20 y 28 de enero de 1680 por Don Manuel Lobo, Gobernador de Río de Janeiro, el cual había sido designado por el Príncipe Pedro II de Portugal, para crear un punto de avanzada y defensa sobre la costa septentrional del Río de la Plata.

El 20 de enero Manuel Lobo desembarcó en la isla de San Gabriel tomándola como punto estratégico para la posesión de tierra firme. Así se coronaron las primeras construcciones de tierra y paja que allí se alzaron poniendo la Colonia bajo la advocación de Santísimo Sacramento.

El gobierno español asentado en Buenos Aires al mando de Don José Garro, alarmado, advierte a las autoridades de Lima, e inmediatamente solicita ayuda a las demás comarcas españolas como Córdoba, Asunción, etc. Luego de varios meses de preparación, bajo el mando de Antonio de Vera y Muxica, atacó esta fortaleza el 7 de agosto de 1680 y tomó posesión de ella, convirtiendo esa mañana en una de las más sangrientas de su historia.

Manuel Lobo fue tomado también prisionero y conducido a dominios españoles.
El 7 de mayo de 1681, por el " Tratado Provisional de Lisboa" Colonia vuelve a manos de los portugueses, la que refundan recién en enero de 1683, bautizándola ahora A Nova Colonia do Santísimo Sacramento. Sinsabores de la historia... Lobo muere en B. Aires el 7 de enero de 1683, prisionero y sin conocimiento de la suerte de Colonia.
Surge con renovado ímpetu una ciudadela lusitana a orillas del Río de la Plata, avalada por la Corona española y a la espera de la decisión de Roma, sobre quien es el justo poseedor de las tierras. En 1704 la Guerra de Sucesión en España, genera un nuevo enfrentamiento con la intervención de Inglaterra, Francia, Austria y otros.
Colonia del Sacramento es atacada nuevamente por ejércitos españoles y desde 1705 a 1715, pertenece como "tierra de nadie", comandada en ese momento por el Gobernador de Buenos Aires, Alonso de Valdés Inclán.
El 6 de febrero de 1715, se firma en Holanda, el "Tratado de Utrecht", donde los españoles deben sacrificar sus intereses americanos por otros europeos que para ellos eran de mayor importancia. El 4 de noviembre de ese mismo año, tomó posesión del gobierno Manuel Gómez Barboza hasta 1722. Según un censo realizado el 16 de abril de 1718, la cantidad de habitantes era de mil cuarenta personas, incluidos negros esclavos e indios tupíes.
El 14 de marzo de 1722, toma el mando el Gobernador portugués Antonio Pedro de Vasconcellos, quien será el responsable del desarrollo material, cultural y comercial de la Colonia. Muchísimos documentos hispanos de época, se refieren a partir de estas fechas, al hacer referencia a los pobladores de la Colonia, como “los Marranos Cripto- Judíos de la Colonia del Sacramento”.
En realidad muchos de los “portugueses” eran verdaderamente judíos sefarditas portugueses. Los apellidos de pobladores, confirman indiscutiblemente el hecho.
España, en conocimiento de la importancia de este recién llegado militar y su foja de servicios, ordena de forma imperiosa al Gobernador de B. Aires la fundación de una ciudadela en la bahía de Montevideo, única forma de evitar la ocupación completa de la banda norte del Plata por los portugueses.
Bruno Mauricio de Zabala no acata las órdenes y solamente cuando tiene noticias que Fonseca, Capitán de la Colonia, realiza un precario asentamiento lusitano en dicha bahía, se decide a emprender la marcha y fundación. Nace Montevideo como consecuencia directa de la ocupación y desarrollo de esta pequeña ciudadela y factoría.
En enero de 1730, se realiza la primera representación teatral en el territorio oriental, "Las Armas De La Hermosura" de Pedro Calderón de la Barca, en honor a la boda del Príncipe heredero Don José de Portugal y la Infanta de Castilla Doña Maria Anna Vittoria.
En 1735 la ciudad queda sitiada por las fuerzas españolas. Se lo denominó, el Sitio de Salcedo, por el Gobernador porteño que decide atacarla a sangre y fuego. El Gobernador Antonio Pedro de Vasconcellos levanta el sitio el 16 de septiembre de 1737. Durante este gobierno el puerto de Colonia - punto clave de entrada a Sudamérica- alcanza a albergar cincuenta navíos de diversas banderas, dedicados a introducir ilícitamente mercaderías hacia el Virreinato del Perú.
Luego de 27 años de excelente gobierno, uno de los mayores impulsores de su vida militar, comercial y cultural debe retirarse enfermo. Durante toda su gestión, varios fueron los intentos, diplomáticos y militares, por hacer desaparecer la maravillosa colonia. Es conocida su frase: “La Colonia es de tanta importancia que no la cambiaria por el mas ventajoso equivalente”.
Ya sin Vasconcellos, surge la idea de canjear dicha ciudad por algo que interese a Portugal. Se firma en Madrid, en 1750, el Tratado de Permuta. La Colonia del Sacramento a cambio de los siete pueblos misioneros orientales. Era nuevamente la guerra. No en territorios platenses. En esta oportunidad en suelo misionero, juntos, los enemigos de antaño, se enfrentan a los mayores defensores de la Corona Española en América, Los Jesuitas.
Se le llamó la Guerra Guaranítica y duró casi 4 años. Luego de la misma y sin poder vencerlos, se anuló el Tratado de Madrid y se volvió al de Utrecht.
En 1756 estalla la nueva "Guerra de los Siete Años", entre Portugal y España y en 1761, el General hispano Pedro de Cevallos, funda el famoso Real de San Carlos, como campamento militar y base de operaciones para atacar nuevamente a la Colonia. Otra vez la guerra. El 31 de octubre de 1762, la ciudad capitula y el 2 de noviembre, sobre las murallas, flamea la enseña de España.
El 6 de enero de 1763, dos poderosos buques británicos y uno portugués, bombardean la plaza, siendo rechazado el ataque por Cevallos y hundida la fragata "Lord Clive" de 64 cañones, orgullo de Inglaterra, muriendo en el lugar el Almirante Mac Nammara. Los restantes navíos, Ambuscade y Gloria se retiran sumamente averiados. Es de las mayores victorias españolas en el Plata. La toma de Colonia y el hundimiento del Lord Clive.

En el "Tratado de Paris" del 13 de enero de 1763, solamente 7 días después, Colonia vuelve a manos portuguesas hasta que en 1777 Pedro de Cevallos, después de violentos combates se apodera y destruye la mayor parte de las fortificaciones allí levantadas. Cabe destacar, al último Capitán y Almirante de la flota portuguesa en la Colonia, ARTHUR PHILLIPS, Ingles, quien luego de abandonar gallardamente estas aguas, se dirige a realizar la fundación de la Nueva Gales del Sur, luego llamada Sydney, siendo el Fundador, 1º Gobernador y Capitán Gral., de Australia. El 1ro de octubre de ese mismo año, se firma el "Tratado de San Ildefonso", en el que Portugal reconoce definitivamente los derechos de España sobre toda esta región.

El 5 de marzo de 1807 los ingleses se apoderan de la Colonia hasta fines de agosto. En este momento el "Ayudante Mayor Don José Artigas" (héroe nacional uruguayo) ejerce internamente la comandancia hasta el 15 de febrero de 1811, fecha en que deja Colonia para adherirse a la Revolución de Mayo, acompañado por el Cura Párroco José Maria Enríquez de la Pena, y un grupo de patriotas colonienses.
Pocos meses después, Colonia del Sacramento, es ocupada por fuerzas patriotas al mando de Venancio Benavides y Viera. En 1815, el futuro jefe de “Los 33 Orientales“, Juan A. Lavalleja, es nombrado Comandante por Artigas.

En 1818 es ocupada por las fuerzas Imperiales Portuguesas, siendo parte de la Provincia Cisplatina. 
En 1822, luego del 7 de septiembre, es incorporada al imperio brasileño. Hasta que en febrero de 1826 es nuevamente bombardeada por el ejército argentino al mando del Almirante Guillermo Brown.

Este, quien desde 1814 tiene propiedades muy importantes en la ciudad y sus tierras cercanas, destruye parte de su propia casa, intentando desalojar a los invasores, sin lograr vencerlos.
El 2 de diciembre de 1828, la Colonia del Sacramento es entregada a las fuerzas Orientales por la "Convención Preliminar de la Paz". El apoyo de los ingleses, el tráfico de esclavos y el contrabando, coloca a nuestra ciudad en una posición privilegiada pasando a ser una de las más disputadas; aquí intervinieron muchas potencias, luchando por esta "punta de piedras acompañada de siete islas".

En 1845 durante la llamada "Guerra Grande", José Garibaldi se apodera de Colonia y la Isla Martín García. En 1848 también es asaltada por las fuerzas de Manuel Oribe (segundo presidente de la republica), que como parte de los movimientos políticos que se originan dentro del territorio de la Banda Oriental; movimientos que luego darán origen a las Divisas "Blanca y Colorada"; primeros indicios de los dos partidos políticos tradicionales en el Uruguay.

El barrio histórico en su plenitud con todo el hálito del pasado, vibra en cada piedra, en cada reja, en cada muro y en cada zaguán. Los atardeceres en el río cobran facetas de misterio, dignas de la inspiración de un poeta o pintor. Recorriendo palmo a palmo su entorno, surge la vertiente histórica y documental que la región de San Gabriel y la Colonia del Sacramento han legado a nuestro país. Calles angulares, angostas, pavimentadas; con piedras de cuna, con desagüe central, gruesos muros de piedra, techos de teja a dos y tres aguas, pisos de cerámica y piedra; conforman una postal inolvidable para quienes tienen el privilegio de contemplarla. Un entorno de maravilla que embruja y fascina con su magnetismo. Descubrir Colonia es en resumen... Un verdadero encanto.

Alberto TITO Pintos.

SEFARADITAS EN EL RÍO DE LA PLATA...MIKVEH EN COLONIA...PARTE DOS


SEFARADITAS EN EL RÍO DE LA PLATA...MIKVEH EN COLONIA...


DESCUBRIENDO COLONIA PARTE TRES


DESCUBRIENDO COLONIA PARTE DOS


DESCUBRIENDO COLONIA